Biólogo y bioquímico uruguayo – Primer alumno de la Escuela Nº 117 de San Ramón
Vitelbo Menendes nació el 13 de agosto de 1920 en las afueras de San Ramón, departamento de Canelones, Uruguay. Hijo único de Dominga Lapido, costurera autodidacta, e Isidoro Menendes, trabajador rural, creció en un ambiente humilde, rodeado de campo y naturaleza. Desde pequeño demostró gran curiosidad por los fenómenos naturales, observando insectos, plantas y aves que registraba en un cuaderno personal.
En 1926, Vitelbo fue oficialmente el primer alumno inscripto en la Escuela Pública Nº 117 de San Ramón, una escuela rural recientemente inaugurada. Su maestra, Clotilde Olavarría, lo describió como un estudiante excepcionalmente curioso y reflexivo. Se destacó en ciencias naturales y redacción, y fue elegido para leer un poema en el centenario de José Pedro Varela. Durante su infancia, incluso creó un microscopio rudimentario para observar microorganismos, mostrando una temprana inclinación hacia la ciencia.
Gracias a una beca, en 1933 se trasladó a Montevideo para estudiar en el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo (IAVA). Allí fue influenciado por docentes que introducían conceptos de biología avanzada. En 1939 ingresó a la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, donde se graduó como licenciado en Biología con orientación en Bioquímica en 1945. Participó en estudios sobre fisiología celular y trabajó con especies autóctonas como el sapo Rhinella arenarum.
Vitelbo Menendes se destacó en el estudio del metabolismo celular, con énfasis en procesos oxidativos. Su publicación más influyente data de 1954, donde identificó la presencia de peróxido de hidrógeno (H₂O₂) en células de levadura bajo condiciones anaeróbicas. Este hallazgo fue clave para la comprensión posterior del estrés oxidativo.
Colaboró con el científico alemán Otto Bismark en estudios sobre radicales libres en vegetales, y trabajó con la uruguaya Delfina Barreto y el argentino Aníbal E. Repetto. Su enfoque interdisciplinario y compromiso con la ciencia aplicada marcaron una época.
Menendes defendió una visión crítica de la ciencia académica. Mantuvo controversias notables con figuras como el Dr. Apolonio Delos, a quien acusó de manipulación de datos, y la Lic. Diana Minerva Téllez, con quien discutió sobre el uso ético de modelos animales. También cuestionó duramente al director Luis Ernesto Píriz por prácticas elitistas en la facultad.
Famosa es su frase de 1975: “La ciencia no debe responder al prestigio, sino a la pregunta.”
Se retiró en 1985 y falleció en 1991. Su legado fue redescubierto en 2008, cuando sus cuadernos fueron hallados durante la digitalización de archivos. Desde entonces, es recordado en ciclos de divulgación científica como "Científicos Olvidados del Uruguay".